Hoy igual que ayer, estás sentado esperando que llegue tu tren y en la estación
solo está el chico de los diarios, y su radio no, no dice nada que quiera escuchar tu corazón
por eso vos mirás al cielo y despues volves a tu reloj, te preocupas por el laburo que, gracias a Dios
te da de morfar y no está mal, pero sabés que hay un número en la Nacional la tentación, no vaya a ser, que a ese trabajo por gracia de Dios no vayas más y enloqueces de tanto soñar...
Y llega el tren...